cucurrucucu paloma

sábado, diciembre 03, 2005

Escenas cholulas I

Cuando me cruzo con algún famoso siempre pienso que porque yo los conozca de la tele, ellos me conocen de la vida. Y no es así. Varios me lo demostraron, pero yo no aprendo.

Una vez me lo encontré a Juani di Natale en la calle. Lo saludé pensando que me conocía. Y él, por un momento, mareado por la naturalidad de mi “Juani”, pensó que me conocía (hasta que se dio cuenta que no, y siguió caminando, dejándome sola en Rivadavia casi llegando a la 9 de julio). En el momento me ofendí. Me requete ofendí. Cómo me había dejado así nomás, quién se creía que era. Es que en esos momentos, y lo digo muy en serio, yo no razono ni un poco. Cuando se fue, sentí como si mi íntimo amigo de la infancia se estuviera yendo de manera muy antipática. Lo pensé boludo y, sobre todo, decidí que no lo iba a volver a saludar nunca más. Después, cuando pasa el tiempo y lo pienso, entiendo que el tipo seguro está requete hinchado las bolas de la gente que lo saluda por la calle. Entiendo que no somos íntimos amigos. Entiendo un montón de cosas. Pero todo lo entiendo tarde.

La excepción a los famosos que no me conocen es Salinas, Luis Salinas (el guitarrista que bien definió el hermano de Vicky como “un tipo que toca cuatro acordes que te hacen acabar siete veces). Me lo encontré en un recital. Lo reconocí rápido, me le acerqué y le dije abriéndole los brazos para abrazarlo que amaba su trabajo. Él me dijo que él también lo amaba y nos abrazamos. Yo me quedé re entusiasmada con mi encuentro cholulo. Sobre todo por la buena reciprocidad del gordo. Unos meses más tarde, en una disquería de Palermo me lo volví a encontrar.

-¡Hola Luis! ¿te acordás de mí?
-Sí, vos amás mi trabajo.
-Sí, claro que sí. Soy yo.

Y nos volvimos a abrazar. Fue re copado. Espero volvérmelo a cruzar algún día.